Según el libro Alfabetización digital y competencias informacionales de
la Fundación Telefónica, apartado 1.5, del año 2012, “Internet no es solo un
entramado global de máquinas o herramientas tecnológicas, es sobre todo un
espacio de comunicación social, es una plaza
pública de encuentro e intercambio de seres humanos que comparten unas
mismas aficiones, intereses, problemas o afectos”.
Este paralelismo sirve perfectamente para describir la filosofía que
se engloba dentro del concepto de Web 2.0 (acuñado en el año 2004), siendo ésta
el espacio virtual fuertemente dinámico en el que los conocimientos de aquellos
que contribuyen a generar contenidos son compartidos por toda la comunidad, que
accede a ellos de forma libre y mayormente gratuita. Es así como en la plaza del pueblo, en esta Web 2.0, se
tratan infinidad de temas que pueden ser de interés para algunas personas o
banales para otras.
En este enlace se puede encontrar un interesante artículo de Antonio José Moreno sobre la Web 2.0 como recurso educativo.
En este enlace se puede encontrar un interesante artículo de Antonio José Moreno sobre la Web 2.0 como recurso educativo.
Web 2.0 supone un gran cambio en la percepción que se tiene de
Internet. En esencia, promueve una participación mayor de los usuarios dentro
de la Red, de manera que sean ellos mismos los gestores de su contenido.
Pretende dejar en sus manos la generación de nueva información, así como su
organización y catalogación. Invita a la participación de los mismos en los
procesos de perfeccionamiento de herramientas software y les insta a expresarse
de forma libre y ordenada, de forma que puedan dar rienda suelta a su
inteligencia en favor de una inteligencia global que haga de Internet un gran
generador de nuevas ideas.
En este artículo Ignasi Alcalde escribe sobre la inteligencia colaborativa.
En este artículo Ignasi Alcalde escribe sobre la inteligencia colaborativa.
Conocer y utilizar el gran potencial de ésta plaza pública y sus
mecanismos se ha tornado algo casi básico e imprescindible en la época en la
que nos ha tocado vivir. Sin embargo, no es menos importante el recibir una
buena educación que nos permita ser capaces de tener una visión selectiva y
crítica de toda la información a la que podemos acceder, como ya comentamos en
la primera entrada de éste blog.
Aunque muchos de los contenidos de la Web 2.0 han sido (y siguen
siendo) contrastados debido a la participación constante de los usuarios, el
intenso ruido que acompaña a determinada información sigue haciendo que aún nos
quede mucho por avanzar para lograr sentir una mayor confianza y fiabilidad en
los datos. El grado de implicación colectiva que desarrollemos como usuarios
marcará en gran medida este avance.
Un buen ejemplo de ello es Wikipedia, la gran
enciclopedia virtual que hoy todos conocemos. Existe algún estudio
en el que se garantiza en ella tanta fiabilidad como en la Enciclopedia
Británica, sobre la que ha supuesto una fuerte y dura competencia, habiendo
tenido ésta última que cesar
su versión impresa después de 244 años. En contraposición existen detractores
de la misma que afirman que esta herramienta de creación de contenidos dinámica
es “opaca,
anárquica y una fuente de difamación”.
Desde la creación de la Red informática mundial (World Wide Web) en
1989 por Tim Berners-Lee se ha estado avanzado de forma vertiginosa en la forma
de compartir la información. En la tabla siguiente podemos ver un resumen de
las características principales de las distintas filosofías, desde la web 1.0
hasta la web 3.0.
Como reflexión sobre el futuro próximo de Internet y poniendo el foco en la Web 2.0 y 3.0, podéis ver y escuchar la siguiente charla TED, impartida por el mismo Tim Berners-Lee:
Una vez definida la Web 2.0, su filosofía de colaboración y organización entre usuarios y tras algunos años descubriendo el potencial de las herramientas que la componen, las preguntas que se plantean son: ¿estamos dispuestos a compartir toda la información de la que disponemos a cambio de hacer más fácil la vida de los demás y que esto sea recíproco? ¿Estamos preparados para trabajar de manera crítica y constructiva en favor de una inteligencia común?